jueves, 10 de noviembre de 2016

La lección moral de Abraham Avinu

12 (1) Y le dijo el Eterno a Abram:-Vee de tu tierra, de tu familia y de la casa paterna a la tierra que te señalaré. (2) Y haré de ti un pueblo grande, te bendeciré, engrandeceré tu nombre y serás una bendición. (3) Bendeciré a quienes te bendigan y maldeciré a quines te maldigan, y en ti serán benditas todas las familias de la tierra-. (4) Y se fue Abram como le había ordenado el Eterno, y con él fue Lot. Abram tenía 75 años al salir de Harán. (5) Y tomó Abram a Saray, su mujer, y a Lot, hijo de su hermano, todos sus bienes y las almas (probablemente esclavos) que había adquirido en Harán, y salieron en dirección a la tierra de Canaán. (6) Abram pasó por aquella tierra hasta llegar a Siquem y hasta el encinar de More, y en la tierra estaba entonces el cananeo. (7) Y se le apareció el Eterno a Abram diciendo:-A tu simiente daré esta tierra-. Y erigió allí un altar al Eterno que se le había aparecido. (8) Y se trasladó a la montaña que está al oriente de Bet-El y estableció allí su tienda, quedando Bet-El al occidente y Hay al oriente. Y dedicó allí un altar al Eterno invocando Su Nombre. (8) Y Abram marchó estableciendo su tienda cada vez más al sur...
Lej Lejá es la tercera porción semanal de la Torá en el ciclo anual de su lectura. Esta parashat comprende 6.336 letras, 1.686 palabras, y 126 versos, y puede ocupar aproximadamente 208 líneas en un rollo de la Torá.
Según señala en su mensaje semanal Harav Yerahmiel Barylka, de la Sinagoga Rambam de Madrid, "la parashá relata varias historias de Abram (que le convertirían en Avraham), de cuando hace pasar a su esposa Sarai como su hermana, de dividir la tierra con su sobrino Lot, de la guerra con los reyes del lugar, del pacto de la división de las piezas, acerca de las tensiones de Sarai con su criada Agar y de ella con su hijo Ishmael, y también del pacto de la circuncisión (brit milá): “Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo varón de entre vosotros.” (17:10)".

El Brit Milá o el Pacto de la Palabra que hace alusión a la circuncisión como sello permanente de la identidad judía.
Por otro lado, en un párrafo de la parashat Lej Leja se subraya cuando el patriarca Abraham Avinu le dice al rey de Sedom (Sodoma y Gomorra): “Alcé mi mano al Eterno, dueño del cielo y de la tierra, si he de tomar desde un hilo hasta un cordón de calzado de todo lo que es tuyo, no dirás yo enriquecí a Abraham”. (Bereshit 14:22-23).
Abraham Avinu derrota a sus más acérrimos enemigos, libera pueblos y territorios, pero no obtiene beneficios personales. Él le indica al rey de Sedom que “la victoria no da derechos, cuando éste le ofrece los bienes rescatados como botín de guerra. 
Abraham imparte, de esta manera, una inconmensurable lección moral y de ética a la Humanidad y remarca: “Él es quien enriquece y quien empobrece; Él es el dueño del cielo y de la tierra y nadie tiene derecho a tomar posesión de lo que D-s no le da por propios méritos. “Y dijo el Eterno a Abram:-Ve para ti de tu tierra y de tu parentela, y de la casa paterna, a la tierra que te señalaré-“.
“Lej Leja”. Vete tú, si en alguna ocasión debemos alejarnos de los placeres mundanos, según escribe el Rab Shelomo Yabra, para establecer la sociedad que nos pertenece-con el Creador-, pues así debemos hacerlo. Tan solo en esa dirección, obtendremos lo que pretendemos, HaShem nos conceda lo mejor”.