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viernes, 16 de octubre de 2015

Análisis de la parashat Noaj

Harav Yerahmiel Barylka.

Reflexiones de Harav Yerahmiel Barylka*


El Zohar explica que Noaj tenía miedo de que si oraba por su generación, él mismo no estaría a salvo. ¿Cómo podemos entender esto? Para ello tenemos que hallar la naturaleza de la tefilá. Para implorar por alguien, tienes que entenderlo; te tienes que identificar con sus luchas, sus miedos, su historia, su persona. Noaj tenía miedo que su oración le acercaría a su generación y tal vez se vería influenciado por su mala conducta. Por el contrario, Abraham entendió a la gente de Sedom, dándose cuenta de lo que hacían. Pero no tuvo ambages de orar por ellos.
Curiosamente, el Zohar relata que Noaj al salir del arca, inspeccionó la destrucción a su alrededor, llorando: “Dios, ¿es ésta tu misericordia?” Dios entonces reprendió a Noaj: “Durante 120 años [el tiempo que se tardó en construir el arca] esperé por sus oraciones...”
Este Zohar acentúa la tragedia de Noaj que tenía el potencial para salvar a su generación, ya que era uno de ellos. Sin embargo, en lugar de ser pro-activo, simplemente renunció a ampararlos. El Talmud (Sanedrín 108a) describe el origen de su maldad: “se convirtieron en vanidosos y pretenciosos como resultado de la bondad que Dios les otorgó”. “Su alta calidad de vida, les hizo rechazar a Dios”, “Dicen, pues, a Dios: apártate de nosotros, Porque no queremos el conocimiento de tus caminos. ¿Quién es el Todopoderoso, para que le sirvamos? ¿Y de qué nos aprovechará que oremos a él? (Job 21: 14-15)”.
El midrash, además, comenta sobre el estilo de vida de su generación. Su tecnología fue avanzada hasta tal punto, que el midrash relata, que rara vez tenían que trabajar.

La experiencia y sabiduría de Noaj

Lectura de la Torá para Shabat, 4 de Marjeshvan de 5776

17 de octubre de 2015
Parashat Noaj Bereshit:6-9-11:32Haftará Isaías 66:1-24


La indigencia azotaba a la humanidad y la miseria hacía estragos entre los hombres antes del nacimiento de Noaj. En aquella época la mortandad infantil era muy elevada, pocos lograban sobrevivir. Noaj modificó radicalmente el panorama con su ciencia y sabiduría: la humanidad comenzó a proliferar, a explotar los recursos naturales y la riqueza se acumulaba en manos de unos pocos en detrimento de la mayoría, dando lugar a la división de la sociedad entre ricos y pobres, entre señores y plebeyos.

Los señores eran los amos indiscutibles; la plebe, o sea los hijos del hombre-ya que los primeros se creían descendientes de dioses-carecían de todo derecho. Ellos junto con sus mujeres pasaron a ser propiedad de los señores, tal como escribe el Rab. Shelomó Yabra.
“La excesiva abundancia-agrega-y riqueza acumulada en un sector minoritario, exento de valores éticos y morales, degeneró en el vicio y la corrupción que luego también se extendió a las clases inferiores, dando como resultado la situación descrita con tanto realismo en la Torá”.